Todo el mundo decía que el 2011 sería un gran año, que iba a ser distinto y muchos lo esperaban con muchas ansias incluso yo, en especial yo, ya que este sería el año en el que me tocarían vivir mis 22 años (mi numero "de la suerte").
En lo que va del año puedo afirmar que este será uno de los que jamas olvidaré, en el que pasaron tantas cosas en tan poco tiempo: alegrías, tristezas, momentos increíbles, momentos en los que decís ¡no puedo creer que me este pasando esto!, sueños cumplidos, momentos en los que no querés ver a nadie, ni tener a nadie cerca, y otros en los que no querés que te dejen ni un segundo sola y todos vividos con la mayor intensidad.
Es increíble como una persona puede vivir tantos cambios y revoluciones internas y que estos sean tan imperceptibles por su alrededor, que no tengan ni la menor idea de lo que esta pasando cerca suyo y que a la vez tampoco puedas decírselos por un problema de comunicación, que no estas acostumbrada a exteriorizar tus sentimientos, problemas por lo cual es sumamente complicado pedir ayuda.
Muchas veces las personas no cuentan lo que les pasa y se tragan todos los problemas, esto hace que sientas una opresión en el pecho y la mayoría siente un gran alivio cuando logra sacarlo contándoselo a alguien, pero en mi caso es todo lo contrario será que me he acostumbrado a vivir con esa opresión que en varias ocasiones que lo deje salir, que logré exteriorizarlo no sentí alivio, lo que sentí fue un gran vacío, como que algo me faltaba, una sensación muy rara, mucha incomodidad.
